La máxima expresión del fotoperiodismo llegó a México en el Franz Mayer, para quien no sepa la World Press Photo, fundada en 1955, es una organización independiente sin ánimo de lucro con sede en Ámsterdam (Países Bajos), conocida por organizar el mayor y más prestigioso concurso anual de fotografía de prensa.
Este año tiene una visión completamente renovada. Y es que el montaje dio un giro en comparación a otros años, ahora es más interactivo y con fotos monumentales; además de que la fundación World Press Photo hizo cambios muy importantes a la hora de elegir a sus ganadoras. Esta vez es más por regiones que por temáticas, y nos da una visión distinta pero sumamente interesante del panorama mundial.
En la World Press Photo 2022 en el Franz Mayer encontraremos 122 fotografías de todo el mundo, que muestran una diversidad de miradas y perspectivas sobre las historias más importantes de 2021. Fueron seleccionadas de entre 64,823 fotografías y trabajos de formato abierto, realizados por 4,066 fotógrafos de 130 países.
Dentro de las fotos que más nos gustaron están:
El mexicano Yael Martínez fue el ganador en la categoría Open Format para Norte y Centroamérica en World Press Photo, por su trabajo La flor del tiempo.
Las fotografías retratan a comunidades en el estado de Guerrero que cultivan opio. La economía de las drogas ha transformado la estructura social de las comunidades agrícolas –mayoritariamente indígenas– que han recurrido al cultivo de amapola como medio de supervivencia.
En las fotografías, Martínez incorpora arañazos y pinchazos que representan el trauma, así como el proceso de rayado de la amapola durante la extracción del opio, mientras que el color rojo representa la violencia de las drogas y la sangre, aunque, también, la vida.
Y también:
La ganadora de este año fue la canadiense Amber Bracken, por su fotografía Escuela residencial indígena de Kamloops. Aquí se ven las tumbas sin identificar con los cuerpos de casi mil niños en los predios de antiguas escuelas residenciales. El jurado se la dio porque “resume una historia global de opresión colonial, que debe abordarse para enfrentar los desafíos del futuro”. Es una fotografía sin duda poderosa, dolorosa y profundamente significativa que debe hablarnos de los horrores de la opresión colonial.







